_
Sobre las cumbres de América del Sur
llega la lluvia de Febrero convertida en riada, 
furiosa toma los causes donde por milenios ha descendido.
_
Los lechos secos la absorben  para fecundar sus semillas, 
abren zanjas, canales, surcos. 
¡Tienen que atraparla, a la lluvia tienen que atraparla!
_
Ella, gotas de cielo multiplicadas, ya convertida en torrente
va descendiendo en toda su anchura, cubriendo 
todas las cuencas desde lo mas alto del macizo andino.
_
En su afán de llegar al mar, crece, busca,
encuentra al gran río  y de lado a lado lo posee. 
Es  una serpiente líquida invencible
hecha masa de agua para la sedienta  madre tierra 
se muestra gritando con ruido infernal  que todo le pertenece.
_
La fuerza del declive la lleva montaña abajo, nadie la detiene,
se vuelve cataratas, saltos, lagunas, pozas, vertientes…
_
Cuando ha dejado al río con toda su orilla húmeda, 
con la tierra fecunda, y suaves cimiente de  brotes nuevos,
 se calma, se mengua, se deja llevar. 
_
Finalmente cae sobre las arenas del Pacífico,
fundiendo así,  lo dulce y la sal.
_
Así es la lluvia de febrero, en las cumbres de América del Sur.
_