Mujeres, sabidurías legendarias,
espíritus libertarios, de miradas profundas,
con valerosas alas dispuestas a enfrentar la adversidad.
Al llamarte por tu nombre, me vienen a la mente las revoluciones que
viviste, enfrentaste y conquistaste, con esperanzas firmes en la
prosperidad.
Fueron tus grandes luchas e ideas imponentes,
las que construyeron tus sueños y plasmaron tus palabras
en los ceñidos surcos de nuestra realidad.
Tus voces, son las mías,
tus luchas, son las nuestras.
Tus triunfos se replican cual resonadas campanas en la totalidad.
Enfrentaste la tragedia y el dolor en el cuerpo
lacerado de violencias,
bajo obscuro cautiverio, el interminable exilio,
de las perversas acciones de una infausta humanidad.
En libertad seguirás viviendo,
como ejemplo para todas,
en las disímiles voces, y los múltiples colores,
con enérgicos sonidos en los ecos de mujeres que no callan, que con palpitantes vidas
gritan ¡Libertad!
Don Jesús, que tiene 99 años, es el
último sobreviviente de un ejido que les entregó el gobierno de Lázaro
Cárdenas y que aún vive en el mismo, en el estado de Sonora,
México. Conoció a Marta a través de sus hijas María Antonia y Rita,
ambas de la planta de la Uniby proxiversidad de Guadalajara, con las
cuales Marta presenta un simposio en el VIII Congreso Internacional del
CEISAL (Consejo Europeo de estudios socio-económicos de América Latina),
en junio de 2016, en la Universidad de Salamanca, España, sobre Trata
de personas.
Marta