La
Creación
_
En el principio
era el sueño
y con sus
sueños
los espíritus
tejieron las
canciones
Los espíritus
creadores descubrieron los poderes
de la chicha y el tabaco
y fue así
como la vida aprendió a soñar
Primero
soñó
el fuego
que existía
en el vientre de la mujer
Con el fuego
vino la luz
y la tiniebla
El fuego estalló
en mil planetas
el sol y la luna
Después
soñó el aire
y su oxígeno
mantenedor del fuego
El aire desató
la ventisca
y dispersó
los planetas
Más
tarde vino el agua
que controlaba
el fuego
Pero vio la
vida
que el fuego
el aire y el agua
vivían
en el vacío
y creó
la tierra
para darles un hogar
Así
nacieron los cuatro elementos básicos
para la vida
En el sueño
de la tierra el sueño del agua
hizo surgir
el mar
los peces
los árboles
los animales
y las flores
En el sueño
de la tierra el sueño del fuego
hizo surgir
los volcanes
las montañas
y las islas
En el sueño
de la tierra el sueño del aire
hizo surgir
las nubes
los truenos
y las lluvias
Y con las
lluvias nació el sueño
de El Maíz
Después
los espíritus
creadores hablaron con la vida
dándole un libro muy viejo
lleno de datos y figuras
diciendo:
Éste
es el Libro de los Libros
en él encontrarás
la forma de soñar nuestra existencia
cuando terminés de leerlo
habrás soñado nuestros cuerpos
—Esta es la historia del pueblo K’iché—
Y fue así
como la vida soñó
los seres
de maíz
—los hombres de maíz—
—las mujeres de maíz—
los ancianos
y los niños
Y a cada ser
la vida le dio
una porción
de los cuatro elementos básicos
y la libertad de usarlos a su albedrío
Y hubo seres
que fueron todo aire
y se desvanecieron enseguida
Otros fueron
todo agua
y el maíz se les podría en las entrañas
Otros eran
todo fuego
y cada cosa que tocaban se quemaba
Los últimos
eran todo tierra
ellos acumulaban la tierra
olvidándose de sembrar el maíz
y perecían
Y vio la vida
que los seres
de su sueño
no habían
comprendido
el propósito
de su existencia
entonces se
alejó
dejándolos
abandonados a su muerte
___
___
___
Éxodo
_
Todo se había
vuelto un Profundo silencio
—un caos como al principio—
Bajo una piedra
se hallaba
la placenta
de la vida
que podrida
como estaba
hizo surgir
a Odosh’a
el espíritu
del mal
Xibalbá
—la casa de los cuchillos—
—la casa de los tormentos—
Los seres de
maíz
empezaron
a pelearse entre ellos
y fue así
como nació el odio
y el llanto
En la casa
de los murciélagos
la sangre
del maíz se transformaba
en vísceras
humanas
En la casa
de los espejos
los hombres
se arrancaban los ojos
con las manos
—Odosh’a les enseñó a matar
y Odosh’a estaba alegre—
___
___
___
Lamento de
los Tzutujiles
_
Pedro Damián
Vázquez
Nicolás
Ajtujal Sosof
Felipe Quiejú
Culán
Salvador Alvarado
Sosof
Pedro Mendoza
Iatú
Juan Carlos
Pablo Sosof
Pedro Mendoza
Pablo
Gaspar Coo
Sicav
Salvador Damian
Yaqui
Jerónimo
Sojué Sisay
Juan Ajuchán
Mesía
Manuel Chiquitá
González
Pedro Cristal
Mendoza
Masacrados
el dos de diciembre
de mil novecientos
noventa
Panabah, Atitlán,
Guatemala
___
___
___
Ellos
_
Ellos no comprenden,
Madre,
ellos no te
han visto
sangrar como nosotros
ellos no vieron
los buitres
sacarte los ojos
los perros
desgarrarte
ellos no oyeron tus gritos de angustia, Madre
Él nunca
pudo entender mi ira
porque no
te vio retorcerte
en la montaña
no te vio las manos quebradas
los labios rotos
el vientre hinchado de moretones
la vulva reventada
Él
no te ha visto nunca, Madre,
él
sólo tiene ojos para sí mismo
los edificios
altos
y la corbata
del domingo
No podía
entenderme el alma hecha pedazos
porque no
ha visto tus ojos desterrados
perdidos en
el aire
ávidos de color
Él
no ha limpiado tus manos desgarradas
No sabe el
significado de un pañuelo blanco
o una canción
lejana
o los colores
de tu falda
Él
no conoce el terror del silencio
La sensación
helada de la sangre de los otros
sus gestos
sus gritos
sus cuerpos carcomidos en los escombros
sus cuerpos
tirados uno sobre otro
bañados de gasolina
Nunca olió
la carne humana ardiendo
los peces en el aire
Él no
conoce el amor
Poemas tomados del libro
El Paso
de la Muerte
(inédito)
Un año
antes...
_
a mi padre, Luis Jiménez Navarro
_
Parece que
lo he visto por última vez...
Nos acercamos
más ahora:
él
con su resentido cráneo
se acerca
cada día más a la muerte
yo
al terror
El frío
teléfono sonando un día de estos
para decirme
que hay que ponerlo junto con los demás
Casi puedo
verte
de cuclillas frente al fuego
con esos ojos
verdiamarillo de gato solitario
lleno de miedo
tan galán
como siempre
—diría la abuela—
alto, seguro,
intransigente hasta la última gota
profundamente
tierno
tus largos
dedos y el bigote rojizo
entrando por esa puerta definitiva
tu sombra perdiéndose en la distancia
y tu voz diciéndonos que no importa
Se me cae el
mundo y la quijada hasta el pecho
y corro a
esconderme
bajo la cama
bajo la piedra
más distante del universo
pero tu sol
me persigue
y la locura
me estalla los ojos
una enredadera de dolor me ata
los pies
los labios
Mi madre
ahora más sola que nunca
llamándome
y yo que no quiero oírla
que quiero diluirme
y no estar aquí para contestar el teléfono
—que no tarda en sonar—
Me llenaré
de recuerdos
y me sentiré
culpable de lo que hice y no hice
me sumaré
a tu duelo
y viviré
el resto de mi existencia atormentada con tu muerte
con todo lo que nunca se dijo
con lo que nunca supiste
lo que nunca fue
me quedaré
inmóvil en la esquina inerte de tu memoria
mirándote
en la sala con tus pesadas bromas
y aquel largo
pan de siempre
Me acordaré
de la guerra:
yo con mis
paperas y vos afanado por sacarnos del peligro
—con las luces
apagadas para que no nos sorprendieran—
¡Cómo nos acercamos entonces
tu pecho era todo
y no habría importado morirme!
Se me ocurre
que voy a esconderme
que
no quiero verte morir
pero también
se me ocurre
que seré
la única que estará allí
para estrechar
tu mano por última vez
y jugar en
tu barba como cuando en el espejo
me pasaba horas enteras
hasta verte perfumando y nuevo
saludar el día
Se me ocurre
que seré la única que estará allí
para meterte
en esa caja y decirte
“te quiero aunque te hayas muerto”
No sabés
papá
las ganas
que tengo de decirte que te quiero
y que tengo
miedo
miedo de no llegar a verte
miedo de tus manos perdiéndose en la noche
de tus ojos apagados al final
de la caja y los clavos y el cemento
de todo lo que te dejará atrás
de tus sueños distantes y limpios
que me persiguen cotidianamente
miedo de dejarte solo
Papá
que no sé
qué decir
que no sé
lo qué hacer
que no quiero
verte cruzar el dolor
que necesito
tu pelo ahora más que vos
que tu sol
me persigue
y por más que me esconda
estás aquí
igual que el terror
___
___
___
Un año
después...
_
Como tampoco
llegué a verte
hoy me derramo
en recuerdos diminutos
que te mantienen
conmigo
Hoy me levanto
te pongo una vela
pidiéndote
la fuerza
para que mamá
pueda vivir
tu partida
sin desplomarse
al contacto
del recuerdo de tus ojos
Hoy me levanto
a mitad de la noche
me siento
frente a esta máquina
sin el cedazo
para hablarte
de este dolor
Con palabras
no escritas y lágrimas sosegadas
te recuerdo
menos punzante
y sé
que a la hora de cruzar el andamio
estarás
frente a mí
—con los otros—
y volveremos
todos
a correr por
los campos
como los ciervos
y con reposado
acento diré
entonces
que ni a ti
ni a mí nos sorprendió la muerte inadvertida
y a la hora de mis sirios no temeré los clavos
y emprenderé el camino
sin desesperación
___
___
___
Porque eres
más que un recuerdo
_
a Alfredo Roggiano
_
¡Si
me vieras ahora, Roggiano, te reirías!
Tu voz como
un fantasma
penetraría
las ventanas
diciéndome
“ya ve que
se lo dije”
¡Si
me vieras ahora perseguida de locura!
Mirándote
los ojos de mar incandescente
tendría
que decirte
“profesor,
usted tenía razón”
y volveríamos
a sentarnos
igual que
aquellas tardes
cuando con
tus manos regordetas
me asías
la cara
apuntando al precipicio
y yo no quería mirarlo
igual que no quise mirarte
el día de tu muerte
Nos quedaríamos
en silencio
juntos pensando
en el misterio
del sueño
de las palabras
¡Si me
vieras ahora, Roggiano, te reirías!
¡Si
me vieras perseguida de poesía!
_
a Antonio Cornejo
_
Antonio
vos te moriste igual que yo
de a poquitos
sin ganas
arañando
las paredes del miedo
desgarrando
el corazón
de la mujer que te acompaña
Antonio
vos te moriste
igual que yo
cargado de
embrujos y poesía
alegrando
nuestras soledades con la ilusión
del re-encuentro
Hoy
que mis pulmones
se inflan
como globos
en cinta
sin reconocer
los límites
ni las periferias
de mis costados
me pregunto,
Antonio,
si sentiste este miedo
si es común esta incertidumbre
si es normal aferrarse a esta ilusoria promesa
de gotitas experimentales
¿O ha
sido todo en vano, Antonio?
_
a Anibal Cruz
Llegué
un día de lejos
Chequíel
me ayudó a buscarlo
Era un verano de esos que él amaba
Me había dejado esperándolo con cuadros
y todo reservado
pero el amor lo retuvo y no pudo subirse al avión
Sólo llegó el azul constante de sus manos
incrustadas en trazos
indiscutiblemente suyos
Sus últimas palabras me hicieron creer
que lo vería pronto
Después supe que estaba en el Seguro
taciturno
comido de una vez
por todo el guaro
pudriéndosele el hígado
como un jazmín desfloronado
Después supe
que había muerto
Y cuando volví
a buscarlo
para decirle
lo mucho que lo amaba
y que jamás
le mencioné
no podía encontrarlo
¿Cómo
era posible?
El premio
nacional de pintura
ni siquiera
tenía una lápida
que diera
la fecha de su existencia
Se había
reducido a un número de lote
sin nombre
y sin medida
Fue entonces cuando me eché a llorar
_
a Obed Valladares
Yo no supe
qué decirle
y han pasado
muchos años sin poder escribirle
unas letras
para que se acuerde de mí
Me lo dijo
con una aparente frialdad y distancia
me lo decía
él —dijo—
porque quería
que lo oyera de sus propios labios
Se estaba muriendo
y lo sabía
lo asumía
(jamás
me imaginé que años después
yo seguiría su ejemplo)
Se había
rehusado a seguir el tratamiento
la químeo
no le seducía en absoluto
él amaba la embriaguez de su pelo
en rizos sobre el hombro
y su barba mal cortada
había
resuelto morirse en paz
Para calmarse
los dolores
tempestuosos de su cáncer
no le hizo
falta la morfina
siguió
tan aferrado a lo nuestro
como cuando
estaba en Italia
y tomaba el vino de los ancestros
de la papa y el copal
No supe qué
decirle
Le oía
las palabras huecas
que caían
como espadas
sobre la masa
informe de mi cerebro
Tal vez debí
decirle que jamás olvidaré
aquellas largas
horas
cuando con
retorcido brazo
él
plasmaba con una parte de mi cuerpo
la imagen
de una mujer que surgía de la tierra
con la cara
del espanto
que nos provocaba
la Honduras de entonces
(y que aún no ha cambiado)
Tal vez debí
decirle
del orgullo
que sentía
cada vez que
miraba mi brazo
y todos sus
contornos
en aquella
arcilla oscura
que no nos
permitía olvidarnos del dolor
Tal vez debí decírselo
___
___
___
No lloren por
mí
Cuando el velero
blanca de mi calmada paz y la melancolía se aleje del puerto con
camino infinito y sin retorno/ no lloren por mí/ que la muerte me
ha dado el descanso y con sus tiernos brazos me muestra el camino de la
luz hacia la aura/ que la muerte me lleva consigo a conocer los secretos
fantasmas de sueños insomnes que tanto dolor provocaron en vida/
que no llore mi madre/ porque con nuestros muertos estoy de regreso desnuda
y contenta de la mano del hombre que decidió ser mi padre y su amor/
que los abuelos me aguardan para contarme los cuentos de antaño
que no pude escribir/ que no llore mi hermano/ porque él me vio
en la montaña perderme en la lluvia buscando un camino que llevaba
al mar/ que recuerde mi risa confundida/ entre los granitos de arena que
cantaban los niños/ de nuestro viaje río arriba descubriendo
el amor/ que no lloren mis niñas/ tres hebras de la misma madeja
que hilvanan el cielo y el mar/ el viejito lleno de amor que no llore nunca/
porque voy contenta/ que no llore mi amante compañera tierna/ mi
bastón/ mi mano mi pluma cuando no he podido escribir/ mi amor cuando
no he podido amar/ mi vida cuando no he podido vivir/ que no lloren mis
amigos/ porque ellos ya conocen de mis amores con la muerte y no les sorprende
el dolor/ que recuerden mis versos y que beban lo que no pude/ cuando apenas
y se distingan mis cenizas entre las aguas o el viento de un templo en
Copán/ que no llore nadie/ que quemen incienzo alzando las copas/
que me voy contenta para Xibalbá/ que no llore nadie/
_
_