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    Vida
    _
    Vida…
    Para poder vivirte
    tiene que ser
    en perenne desafío.
    Por eso, te golpeo
    con la luminosidad
    de mis espadas.
    Y te incendio,
    desde esta mudez,
    que cada día
    ensancha
    mis contornos. _
    _
    _
    _
    Mis otras voces
    _
    Cada vez
    que rachas de viento
    se me internan por los costados
    derrumbando mi mundo,
    vuelvo los ojos
    a mis amores 
    de corazón de vino.
    _
    En algunas ocasiones
    con la yema rosa de mis dedos,
    y con caricias tomadas del cuenco del tiempo,
    los recorro palmo a palmo,
    para construir de nuevo mi universo.
    _
    Pero, otras,
    asfixiada por la congregación de sus bocas sobre mi cuerpo,
    enloquecida por la incoherencia de sus lenguas de fuego,
    los estrujo,
    y me los arranco de encima
    para extirparlos de mi sangre.
    _
    Y ya sosegada,
    cuando la ventolera amaina,
    los recojo,
    los aliso,
    y beso en ellos
    mis dolores,
    pues al fin y al cabo
    son mis otras voces. _
    _
    _
    _
    Confundo las notas
    _
    Acurrucada en un rincón
    de más allá del fondo de mí misma,
    lugar al que he rodado,
    empujada
    por esta lluvia que no cesa…
    Confundo las notas
    de los pájaros enloquecidos
    que fabrican nidos
    en mis cabellos,
    con las de este silencio
    que grita
    en mis oquedades. _
    _
    _
    _
    Siempre
    _
    Siempre
    recreándome
    a mí misma
    para no desdibujarme. _
    _
    _
    _
    Me abrazo
    _
    Aterida
    Por la indigencia
    que me ciñe,
    me abrazo
    al latido de tu nombre,
    para llenar
    la orfandad
    de mis espacios. _
    _
    _
    _
    Para salir…
    _
    Para salir
    de las sombras
    de cada día…
    _
    Me basta
    internarme en tu mar,
    y sonámbula
    subir a tu barca.
    Seguir
    los surcos luminosos
    que me llevan
    hasta el centro radiante
    de tu pupila.
    ¡Plenitud
    de donde hurto
    la claridad
    de todos mis días! _
    _
    _
    _
    Vengo ante ti
    _
    Porque tu inmensidad
    convida mi finitud
    desde que fui arrojada del paraíso,
    por eso
    vengo ante ti
    engalada
    como una novia,
    y con el alma ungida de silencio,
    temblando…
    ante el misterio,
    para ser parte
    de la multiplicidad
    de tu esencia. _
    _
    _
    _
    Queja
    _
    El viento borracho de sol
    irrumpió en mi isla este mediodía
    enredó mi pelo con sus largas manos,
    delineó mi rostro con sus finos dedos,
    levantó mi blusa,
    y con un soplo de su boca
    me sentó en la arena.
    Después agachándose
    desató mis sandalias…
    Le reclamé su atropello
    y ni siquiera tuvo la gentileza
    de darme una excusa.
    Me dio la espalda
    y con su alta desnudez a cuestas
    se internó por la mar.
    No satisfecho de su rudeza
    regresó por la tarde,
    pero ahora venía ebrio
    de lejanías y soledades.
    Retornaba con un fuerte aliento
    a resaca y con olor a algas.
    Venía llamándome
    con la voz alucinada
    de los marineros extraviados,
    pero venía también
    con las manos llenas
    de miel y frutas…
    Me invitó a tenderme en la arena,
    pero no pude amarlo,
    ni restañar su cansancio,
    ni llenar su vacío,
    ni abrazar su desamparo…
    Oh Ulises,
    porque llevo tu imagen
    detenida
    en mis pupilas. _
    _
    _
    _
    ¿Qué de mi corazón?
    _
    Señor,
    heme aquí.
    Soy Nadie,
    la última de tus criaturas.
    El alma pajarera que me diste la perdí en el camino.
    Un pedacito de ella se me quedó jugando en la ronda que hacen los niños,
    otro, se me echó a dormir sobre el paisaje estelar,
    un tercero, lo olvidé en los ojos de los que no tienen nada.
    Y el ultimo, el más preciado
    se me disipó ensartando versos para los seres que amé.
    _
    Señor…
    Cuando llames a tu cielo,
    a los niños,
    al paisaje,
    a los que no tienen nada,
    y a mis amores,
    pregúntales,
    ¿qué hicieron
    de mi ilimitado
    corazón de pájaro? _
    _
    _
    _
    Arribaste
    _
    Arribaste
    a mi isla solitaria,
    y tu palabra,
    se hizo cuenco,
    vaso ancho,
    para contener mi fatiga
    de pies horadados.
    Y mis ríos,
    y mis montañas,
    mitigaron tu cansancio
    con el rumor de sus latitudes. _
    _
    _
    _
    Naufragio
    _
    Me he anegado
    en la luz de tus ojos.
    Mi barquilla,
    en tu dulce bahía, reposa.
    ¡Oh triste y deleitoso naufragio! _
    _
    _
    _
    Cuando sueño
    _
    Por las noches
    cuando sueño que soy habitada por ti,
    mi alma se anega en tu ritmo,
    mis aposentos se abren.
    ¡Jazmines nocturnos invaden en tropel el aire!
    ¡Lunas florecen en las ventanas! _
    _
    _
    _
    Tu ausencia
    _
    Tu ausencia
    es
    presencia rota,
    crepúsculo que se desgaja,
    luna que se consolida. _
    _
    _
    _
    Rota por dentro
    _
    Rota por dentro…
    Un viento inclemente
    ha dispersado mis fragmentos,
    y he implorado
    a mi sombra
    rehacer mis contornos,
    pero…
    ¡Ay, ya ni sombra tengo! _
    _
    _
    _
    ¿Cómo…?
    _
    ¿Cómo rehacer la verticalidad
    de los árboles
    que reclaman su contacto
    con el cielo?
    _
    ¿Cómo levantar al caído árbol
    que ha celebrado nupcias
    con la noche? _
    _
    _
    _
    Invitación al dolor
    _
    ¡Quiero apurar mi caliz
    de un sólo trago!
    Dolor no seas cruel,
    no me desgares
    poco a poco.
    Te ofrezco mi candidez de novia.
    Quiero fundirme contigo.
    Mi traje blanco de desposada
    se tornará amarillento,
    si te me das
    gota a gota.
    ¡Ven, dancemos bajo la noche estrellada!
    ¿No oyes la roja armonía de los astros?
    ¡Ven, bailemos de una sóla vez
    nuestra etérea danza nupcial!
    ¡Ven, quiero beberte de un sólo golpe!
    que la tierra húmeda sea nuestro tálamo.
    Quiero que estés en mí
    en toda tu esencia.
    Quiero germinar bajo tu peso…
    La corola de mi alma está abierta.
    ¡Ven, quiero apurarte de un sólo golpe! _
    _
    _
    _
    V
    _
    En la orfandad
    de la noche,
    tu memoria
    me habita. _
    _
    _
    _
    VII
    _
    Para poder tocarte,
    mis manos se hunden
    en los pliegues
    de tu silencio. _
    _
    _
    _
    VIII
    _
    Nuestros silencios
    se entretejen,
    y alzan el vuelo
    para caer
    desfallecidos. _
    _
    _
    _
    A la vera del camino
    _
    Me he quedado a la vera del camino
    llamándome con palabras
                                                                 amanecidas en las ramas de los árboles
                                                                 talladas en las piedras.
    Me he quedado…
    dibujándome otros rostros,
    --perfiles femeninos de ficción—
    para buscar mi nombre
    entre todas las hembras
    de todos los reinos…
    _
    Inútil esfuerzo,
    porque frágil y vulnerable a los vientos
    ya no respondo
    ni siquiera a mi nombre.
    He llegado cansada
    desde la inmensa estepa del silencio. _
    _
    _
    _
    Navego / Padezco
    _
    Navego en el SILENCIO…
    silencio grisáceo que envuelve mi barco de sueños
    silencio, lianas que me ahogan por dentro
    silencio que carcome mis huesos
    silencio que marea mi sangre
    silencio, vidrio molido tragado a la fuerza
    silencio que se enmaraña en las costillas
    silencio que se amalgama a las paredes
    silencio que viene desde el río de la memoria
    silencio, lava ardiente que calcina mi cuerpo
    silencio que pone telarañas en mis ojos.

    Padezco en el SILENCIO…
    silencio ocre, barro que se diluye en el alma
    silencio gris, ceniza que se detiene en mi ventana
    silencio, espejos que multiplican mi rostro
    silencio que se embarranca en el pecho
    silencio en mis mascarones de proa
    silencio en mis altos mástiles
    silencio del río, del agua
    silencio de pájaros
    silencio en la carne con dulzura de sueño
    silencio, arena que me asfixia.

    Navego y padezco en el SILENCIO

    _
    _
    _
    _
    Allá en lontananza
    _
    Allá en lontananza…
    bajeles,
    gaviotas,
    la mar blanca,
    y su llamado ineludible.
    _
    Arribó a mi isla
    en un día sin nombre,
    y desembarcó
    con petulancias
    de argonauta rudo…
    Ya desde antes
    su grito oscuro,
    oloroso a vendimia,
    asustaba los peces
    que dormían en mis orillas.
    Me adhirió
    su vislumbre,
    y desde entonces
    me hizo sentir su imperio…
    Me condenó
    a perseguir su efigie
    en las aguas…
    _
    Allá en lontananza
    bajeles,
    gaviotas,
    la mar blanca,
    y su adios inevitable…
    _
    Hoy vivo
    inclinada sobre las aguas,
    aquí desde mi altura de roca fina,
    alargando mis manos
    constantemente,
    para apresar mi sombra,
    la de ÉL,
    que siempre
    se me quiebra
    en la transparencia. _
    _
    _
    _
    Te conjuro / Te exorciso
    _
    Recostada sobre el aire…
    te conjuro,
    SOMBRA
    para que sea alto y hondo
                   tu murmullo…
    para que sean cristales tintineantes
                   tus pisadas…
    para que sean trazos aluzados
                   tus límites…
    _
    En fin,
    SOMBRA
    Yo
    te exorciso
    para 
    poder
    percibirte,
    antes
    que tu ceniza
    se disuelva en la sangre. _
    _
    _
    _
    Cada amanecer
    _
    Cada amanecer
    abrimos la urna del tiempo
    y descolgamos un día para vestirnos…
    Todos son frágiles,
    pero hay unos más que otros,
    y cuando uno de esos quebradizos se nos rompe en el alma…
    por la herida abierta
    penetra un silencio árido
    cubriéndonos con su saliva arenosa,
    y es entonces
    cuando damos a luz,
    espinas
    que a veces
    nos coronan la frente. _
    _
    _
    _
    Puedes irte
    _
    Y te dejo ir…
    Ahora,
    mansamente,
    sin aspavientos…
    Te llevas mi miel, mi latido,
    pero no vuelvas la cabeza
    si escuchas un sollozo lastimero en la noche…
    si percibes el temblor de mis árboles…
    si adviertes el vuelo extravidado de mis pájaros…
    si te hiere el silencio que engulle mis espacios
    porque
    te convertirías
    en estatua de sal.
    Puedes irte.
      _
      (De_Poemas que muerden, inédito)
    _
    _
    _
    _
    Esta tarde limpia
    _
    Esta tarde limpia
    vengo ante el Tribunal de las Aguas
    a exponer mi queja…
    _
    Demando que reconstruya mi corazón…
    No se conformó con romperlo en pedazos…
    Antes bien,
    gozaba haciendo barcos de papel con él
    y armaba guerras donde sólo El,
    era el vencedor…
    _
    Exijo que devuelva mi corazón…
    Que me lo reintegre intacto…
    pues además,
    en días claros como éste,
    hacía de él, cometas
    pájaros que arrojaba al aire…
    Y se reía…
    Cómo se reía…
    _
    Demando y Exijo que reintegre mi corazón.
      _
      (De_Poemas que muerden, inédito)
    _
    _
    _
    _
    Nada
    _
    Que no nos una NADA…
    Ni siquiera…
    esa espuma sucia,
                                 --peces muertos—
                                 --palabras huecas—
                                 --pájaros mutilados—
                                 --besos en podredumbre—
    que hiere mi costado…
    NADA
    Ni siquiera…
    La bascosidad de este momento,
    que en ratos
    como éste
    me trae 
    el flujo de la vida…
    ¡NADA!
      _
      (De_Poemas que muerden, inédito)
    _
    _
    _
    _
    Y los vientos de Noviembre
    _
    Y los vientos de Noviembre
    regresaron atizando la pena…
    Y sobre la carne macerada
    volvió a encenderse
    la rosa roja y abismal
    de otros días.
      _
      (De_Poemas que muerden, inédito)
    _
    _
    _
    _
    Mediodía
    _
    El dulce sopor
    que se ha posado sobre los árboles…
    es el mismo que desvanece mi cuerpo,
    --silencio maridado en las verdes ramas—
    --vino deleitoso desleído en la sangre—
    --tiempo suspendido entre las cuatro esquinas del sueño—
    _
    Y es que hoy
    por un instante…
    El Ángel del Amor tocó mi ventana,
    y fue el roce de sus alas tan…quedo,
    que todavía perdura en mi carne
    el dulzor abismal de su beso.
      _
      (De_Poemas que muerden, inédito)
    _
    _
    _
    _
    Acuciada por la sed
    _
    Acuciada por la sed
    todos los días
    escalo
    los altísimos cordeles de tu hermetismo,
    y me asomo
    al brocal…
    del pozo de tu alma.
      _
      (De_Poemas que muerden, inédito)
      _
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