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Cuadernarios
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Cuadernario
8
(2006)
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Poeta:
Ana Aridjis
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Artista:
José
Mañoso Flores
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Traductora:
Edith
Jonsson-Devillers
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Crítica:
Isabel
Díez Serrano
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ADÁN
Y EVA
José
Mañoso Flores
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EL BESO
SURGE
Ana Aridjis
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El beso surge
de dos
caras que se olvidan del mundo,
su aliento
lo siguen las sombras
que desnudas
juegan a tocarse
en un nítido
abrazo con la noche.
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LE BAISER
SURGIT
Edith Jonsson-Devillers
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Le baiser
surgit
de deux visages
qui oublient le monde,
son souffle
est suivi par les ombres
qui nues jouent
à se toucher
dans une étreinte
franche avec la nuit.
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LOS SECRETOS
DE LA NOCHE
Isabel
Díez Serrano
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En "El beso
surge", como bien describe la autora,
con lenguaje aparentemente sencillo
en un principio, no por eso exento de
misterio, parece ser que nos pone
ante el lector un acto de amor, un acto
de juego amoroso. ¿El suyo?
No, porque no es precisamente en primera
persona como habla el poeta. Ahora
bien, podría ser ella misma en un acto
soñado, o bien otras
personas, vistas a través de la vidriera
de su casa, en la sombra
del parque de enfrente, una invención
(el poeta inventa tantas veces),
o quizás una evocación pasada, presente,
futura.
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"Dos caras
que se olvidan del mundo": está claro
que cuando dos amantes se
unen, se besan, el mundo exterior es
inexistente para ellos, solamente
está el mundo interior de los dos, dos
en un mismo mundo, el del
amor.
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Bonita la
imagen de que las sombras desnudas del
aliento "juegan a tocarse". No habla
de que los cuerpos se toquen sino las
sombras del aliento, lo cual nos
parece más mágico, más poético. Ana
Aridjis
nos hace un juego de palabras para que
el poema no sea tan sencillo como
antes creíamos, no es la mera
descripción de dos cuerpos
que se aman, ya que "juegan a tocarse /
en un nítido abrazo con
la noche", cuya imagen descoloca al
lector, al no ser los cuerpos los que
se abrazan, sino las sombras del
aliento, por pura lógica, algo
casi imposible, pero sí bastante
aceptable y deseable en poesía.
Esta segunda parte es la que da altura
al poema, como decíamos en
un principio, porque no es el lenguaje
solamente lo que hace que un poema
sea verdaderamente un poema y no otra
cosa, sino lo que hay dentro de él,
lo que no se dice, la imagen que nos
puede dejar en la retina, lo que se
puede adivinar entre renglones. Así es
la poesía. Así
debe de ser.
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