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Cuadernarios
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Cuadernario
21
(2007)
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Poeta:
Conny
Palacios
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Artista:
Miguel
Barahona
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Traductora:
Almudena
Santalla Rodríguez_
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Crítico:
Luis Alberto
Ambroggio
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IMAGEN
Miguel
Barahona
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Próximamente
disponible.
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DICEN POR
AHÍ
Conny Palacios
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Dicen por
ahí
que el SILENCIO…
______que
Él,
______dicen
por ahí…
______sube
sobre mis veleidosos acantilados y que
posiblemente
penetra en
mi fortaleza
cada noche.
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No puedo negarlo
porque la
luz que me enciende
apacigua la
gritería de mis pájaros…
______impulsa
además,
______barquichuelos
en el río de mi sangre.
No tengo rubor
en decirlo…
______que
Él,
______dicen
por ahí…
______sonámbulo,
______temblando
de calentura
______vuelve
______una
y
______otra
vez
______a
treparme,
______a
empujar
______carabelas
en mi mar.
No siento
ningún resquemor…
me ha violentado
y nos hemos
gozado
desde el rosa
de las uñas de los pies
hasta la última
hebra de los cabellos.
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DICEN POR
AHÍ
Almudena
Santalla Rodríguez
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it is said
over there
that SILENCE
…
______that
He,
______it
is said over there…
______climbs
up over my flighty cliffs
gets into
my fortress
every night.
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I cannot deny
it
for the light
that he turns me on
calms down
the clamour of my birds…
______he
also drives
______small
boats in the river of my blood
I do not blush
at saying
______that
He,
______it
is said over there…
______sleepwalking,
______shivering
in fever
______comes
back
______once
and
______again
______to
climb me up,
______to
drive
______caravels
in my sea.
I do not feel
any bitterness…
he has forced
me
and we have
enjoyed ourselves
from the pink
of my toe nails
to the very
last thread of my hair.
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SU AMANTE,
EL SILENCIO
Luis Alberto
Ambroggio
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“Dicen por
ahí” y, con estas palabras Conny
Palacios nos incita a la búsqueda
en un contexto lírico de complicidad, o
a descifrar el “jeroglífico
del sentimiento”, como Margo Glantz
habla de Sor Juana. Juega con lo que
Bachelard llama “la mayor de las
fuerzas”, la ingenuidad. Y con original
maestría desarrolla desde el “dicen” la
imagen de un Él,
‘el SILENCIO”, que
paradójicamente se antropomorfa de una
forma idílica para ser o no el cisne del
mito de Leda, formando
una pareja exclusiva “cada noche” con la
persona poética. En la
trama del poema aparece Él como
el compañero que conquista
a la que se expresa con deseo, “sube mis
veleidosos acantilados”, “penetra
en mi fortaleza” y, gozosamente, reviven
cada noche la experiencia hedónica,
de copulación pasional. Lo curioso es
que sea el SILENCIO
(algo que en sí connotaría ausencia,
vacío, falta)
el que es transformado en uno de los
protagonistas, pero en el poema es
un silencio lleno, que enciende luz y
“apacigua la gritería de mis
pájaros”; un silencio
calientemente agresivo, que la trepa,
la ha violentado en un goce completo,
total “desde el rosa de las uñas
de los pies/ hasta la última hebra de
los cabellos”.
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Todo el poema
es una metáfora compuesta de metáforas
en el que se conjuran
y contrastan elementos (fortaleza --con
el doble sentido de virtud y fuerte
de defensa--, barquichuelas, carabelas),
arquetipos de la naturaleza
(acantilados,
río, pájaros), colores (rosa), la noche
y la luz, todos entrelazados
con verbos activos (subir, penetrar,
apaciguar, impulsar, trepar, empujar,
violentar), para darnos, con una
sutileza acabada, esa multiplicidad de
lecturas que le permite a cada
lector/lectora vivir en el poema de una
manera única, distinta y universal. Por
eso es mágico, tangible,
valioso, atractivo, porque lo involucra
al lector/lectura desde su intimidad
a la universalidad de la experiencia y
con una variedad enriquecedora de
posibles aventuras en el mundo de la
ensoñación.
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La poeta dominicana
Soledad Álvarez, por ejemplo, dice: “La
soledad es el silencio/
tan cerca de mí/tan leve afinidad
corpórea”. El poema de
Conny Palacios, sin embargo, exhume el
erotismo de la mística clásica
en la referencia al amado que, de algún
modo, completa al yo poético
femenino con su presencia física, y su
espiritualidad inalcanzable
que la colma (Él, el silencio);
ella se completa por sí
misma, llenando el vacío con su
imaginación activa; Él
–con mayúscula- la llena con la belleza
excitante, sensual, ardiente
de sus acciones.
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También
podría interpretarse como el dinamismo
enardecido de la pareja del
silencio con la palabra, con
connotaciones de enamoramiento,
creación,
fecundación, gravidez. En todo
caso, Ella celebra a
su amado y sus acciones en seductoras
palabras que provocan a los otros,
a seguirlos en la experiencia onírica,
hilvanando visualmente el
poema en un reto a la imaginación de los
lectores, con la distribución
de los espacios en la página, con las
pausas caprichosas y puntuales
(ver, por ejemplo, el verso que se
repite “que Él,”),
con la presencia paradójica del sujeto
silencio con ella (¿quién?),
a través de la forma y fondo del poema,
como vivencia erótica.
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Podemos percibir
que este poema entra de lleno a la
frondosa y sensual expresividad de la
poesía amorosa centroamericana de voces
como la de Ana Istarú,
Gioconda Belli y_Claribel
Alegría,_por
citar sólo algunas de ellas; también a
la de la mexicana
Coral Bracho. De esta manera “Dicen por
ahí” de Conny Palacios se
transforma en una valiosa contribución a
la literatura erótica
femenina.
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