DELMA
WOOD
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Poesía
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La otra
Delma
La otra Delma,
la virgen,
nunca salió
de su barrio.
Tuvo diecisiete
hijas, todas fuertes y bonitas.
Le tomó
sólo un húmedo verano de sol argentino,
reconocer
el suave vigor de sus tobillos.
Profundizó
el tierno amargo del mate como pasión eterna.
Le tocó
correr desnuda por infinitas primaveras de lluvias argentinas
para descubrir
cafés, confiterías y galerías.
Aprendió
la habilidad colectiva de copiarse de mil mujeres.
En dos tibios
otoños, se convirtió en la más reconocida amasadora
de tapas de
empanadas de todos los pueblos seguidos.
Supo encender
el carbón de los más grandes asados.
En un nubloso
invierno, relacionó el ángulo de la cámara personal
con el tango
y la milonga.
Talló
sus amores y penas con su dientes como un mapa del gran Buenos Aires.
Todo eso logró
porque cuando tenía 15 años, ¡nunca se fue de su barrio!
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Montreal
¿Por
qué será?
En Montreal
se esconde
Buenos Aires
vigilante
fugitivo
de mi cédula.
¿Por
qué será?
Esta América
conquistada
de francés
hace erguir
aires
de burgués.
¿Por
qué será?
El café
au lait
transforma
el ácido
labial
en ázucar
negra.
¿Por
qué será?
Los taxis
restituyen
y conjuran
el álbum
familiar.
¿Por
qué será?
El vidrio
fronterizo
es satélite,
receta secreta,
de mi presencia.
¿Por
qué será?
La milonga
y
el embrollo
alborota
la tenebrosidad.
¿Por
qué será?
El telón
se deshace
en calcio
genealógico.
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Don Juan
Don Juan, ¿eres
tú…?
Acercate hacia
mí.
Prueba la
sal de mis piernas.
En otras vidas,
don Juan, también nos encontrabamos.
Siempre había
rejas negras, entreveras de pintura con plomo.
Jugabamos
a hacer el amor y a la tierna blancura de tus palabras.
Yo misma, proponía
zambullirme mil veces.
Disfrutaba
de enfrascarme en las dulces aguas de tu poesía.
Aunque mucho
lo anhelé, no fui la última mujer quien mató por ti.
Otras mujeres,
hasta el reciente, te pisan los talones.
Festejan mil
veces las indulgentes aguas de tu poesía.
Si vinieras
de descendencia británica, don Juan,
probablemente
serías el mejo amigo de James Bond.
Si fueses
italiano, simplemente te llamarían el vagabundo.
Pero eres
hispano e inherentemente nos permitimos compartirte.
Tu capa, don
Juan, ha sido reapropiada por siglos.
Los hombres
cortan piel de cuero a tus medidas, mientras que,
las mujeres
tejen ponchos con hilos de seda para engalanar tu sombra.
Ahora es bolero
que brilla en colores de lentejuelas, velcro, lycra y tutti frutti de neon.
No temo que
continuará ocupando sentimientos de nuevas plasticidades.
La rugosidad
de tu frente, don Juan, ha desafiado diluvios de lluvia y fruncido museos.
A tu antifaz,
don Juan, lo han adaptado maestros de la media.
Todavía
marcha al trote de caballos, con pelo de oro, de diseñadores famosos.
Tus gloriosas
botas se adhieren a la insistente invisibilidad de modistas novísimos.
Entre sombreros
y sombrillas, por el camino de cocos, te reencuentro, don Juan.
Mi secreto
orgullo es embrujo; coexistimos con esta pintura negra barata.
El áspera
ázucar de mi corazón, mi mente y mi cuerpo,
siempre han
sabido apreciarte mi amor, don Juan.
Tú eres
el inmortal don Juan y yo soy tu única y primera mujer.
Aunque parezca
mágica contempóranea, yo puedo demostrar
cómo
el rosado-azul de tu piel esconde tu afamado género sexual.
La gente pretende
verte, oirte, sentirte, amarte e insite en reinventarte.
Pero ellos
no te espian, don Juan, como lo hago yo.
No te distinguen,
don Juan, como lo hago yo.
Creedme don
Juan, mi amor.
¡Yo también
soy latina!
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Envidia
¿Cómo
podría explicar la audacia caprichosa de la envidia?
Pensaba que
era tan irresistible que la había enmascarada de turista,
llevándola
de viaje a Norteamérica. Allí ella suspiraba camuflada.
Pero en cuanto
regresé a mi barrio natal, la iteración de
inhalar los
áromas de las viejas calles edivivas,
la hicieron
florecer inconvenientemente en mi mesa.
¡Atrevidamente
se acuesta en mi lecho!
Se enfada
conmigo por el no haber sido cuna
de mis amigos
durante años de procesión.
Ante el entusiasmo,
piensa que es honorable
fingir dolor
y crujir mis huesos.
La encuentro;
nos encontramos. Llevamos la misma cabellera.
Su cintura,
voluminosa; mis caderas, adornadas de oro fino.
Nos inundamos
y rozamos el terciopelo carnívoro de nuestros senos.
Ella es la
imperfección de mi exaltación.
Es el texto
ineditado
en mi lápida de mármol plateado.
Ahora me corteja
porque he sido
violada de
mi linaje por tantos años.
El estar fuera
de mi Argentina
fue violencia
intolerable.
Contundentemente,
no me deja
ser mujer, ni madre, ni amante,
ni tampoco
americana.
Me destroza
toda.
La atracción
me da envidia.
La glotonería
me da envidia.
La gracia
de Dios me da envidia.
La pompa me
da envidia.
La necesidad
me da envidia.
Sin ella no
supero.
Con ella,
intrépida.
¡Es
increíblemente exasperante explicar tanta envidia!
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E-mails
Each time I
browse at other peoples’ e-mail addresses,
it becomes
quite clear that I have not quite configured
how to reap
all the advantages of
the central
flux of internet mail
Being a college
professor,
mine is quite
traditional
Delma.Wood@Castleton.edu
Thanks to
my students I get a true taste of e-mails
While bigfoot
of other peoples’ mails have names like:
Monkey
239, Peaches45, or Buda202,
very busy
people reach for simplified math; Michael8399
Others seek
refined alternatives:
Picturesquegirl21,
Teesquared, and EatYourHeartOut101
Could my downeast
hotmail sound experience tell me
that it would
be absolute bias to infer which e-mail addresses
are most likely
to bounce?
or, to silently
anticipate that some will inevitably become undeliverable,
and that others
are most likely already truncated
Yet, how do
I know if they interface with trouble, or spam my inbox
Do not names
of high-speed designing, such as, BeMine123,
signal the
harvest of e-mail spiders?
And what of
high-risk thieves like, I-Elvis, or, JenniferLopezHere
Finally, when
I finish filtering all the cookies and spamming
I rush to
zip freshly squeezed backups
Suddenly I
get this automatic restricted need to boost
my technical
confidence
Must chat
with postmaster, info, or free support
They say there
is immediate need for more java
They upload
the latest spider wonders in my hardware
while they
detect and repair the damage
Yet with all
this cutting edge technology no one could come to my grief!
Why some e-mails
do not survive the greatest test of time?
I have faith
that my Castleton.edu mail will truly travel
while I keep
testing others, real people’s, network resources
yahoo
to the mail generator that promises to never google with
my masked
mails; I can still access gossip
Because without
this off-boundaries secret feature
of having
a second, third or other unlimited revealing e-mail addresses;
I’m
up to delmita1957 already;
my official
inbox would be virtually even fuller!
And I would
have no inkling about the everyday experiences
of internet
explorer
I would remain
forever, save-me; godzilla102,
guarding my
32 bit PIC as my heart!
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