ELVIA
ARDALANI
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Poemas
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De_CRUZ
Y MEDIA LUNA/FROM CROSS AND CRESCENT MOON_(México:
Claves Latinoamericanas, 2006). Traducción al inglés: Francisco
Macías Valdés.
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Camino
con tus pies
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Camino con
tus pies,
reconociendo
en cada callejón la última piedra.
No me avergüenzan
nada mis zapatos sumisos
que te siguen
en la escarpada ruta de la infancia
ni mi torpeza
para vestir el velo
que a ambos
nos parece tan extraño
sobre mi pelo
negro
sobre mi nombre
lejano y extranjero.
Camino con
tus pies
porque no
tengo más camino que el tuyo,
más
jornada que ésta de callejuelas intrincadas,
de casas labradas
en la arena
y mujeres
que asoman curiosas para vernos pasar
mientras andamos
con tus pies desolados,
y las manos
unidas, buscando los restos
de tu padre.
Y encontramos
el tiempo sumergido en ese barrio
de sílice,
intacto como
si Habib acabara de pasar vestido de novio
con sus veintidós
años y tu madre vestida de alegría,
el velo transparente
y las monedas de la gorra
impávidas
sobre la frente amplia,
sobre la gratitud
de haber sido
invitada a esa jornada.
Y entramos
andando entre la roca a tu primera casa
y lloraste
y me prestas
tus ojos agrietados para ver ese mundo
de infancia
y de recuerdo.
Pienso en
el hijo que algún día quizá
saltará
de la piedra a mi regazo,
de tu mundo
de cabras y montañas al mar y sorgo
de mi mundo.
Camino con
tus pies,
con el vientre
sin hijo preñado de esperanza.
Camino con
tus pies,
como una novia
que saluda con frases de otra lengua
a tus fantasmas.
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Arababé
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Arababé
te mira a través del ópalo
de su mirada.
Tú
juegas a reír, a jalarle las trenzas,
ocultos andenes
esperando debajo de la tela,
silencio permanente
que a veces
se desboza en ademanes de piedra.
Para que no
te olvides
te ha puesto
un beso suyo debajo de la oreja.
Le tiras del
shador
y se desprende
un olor a
madera, a quién sabe qué cárcel,
a no hay puentes. |
Arababe
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Arababe
sees you through the opal
of her gaze.
You play at
laughing, at pulling the braids,
occult pathways
waiting beneath the cloth,
permanent
silence
that at times
is unbound in gestures of stone.
So that you
will not forget
she has placed
a kiss of hers beneath your ear.
You pull her
by the shador and it gives off
a scent of
wood, of who knows what jail,
of there are
no bridges. |
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Sangrarás
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Sangrarás
como en la
cruz aquel que habló
del pan y
del milagro.
Creyentes
o no todos sangramos
la extraña
moraleja de la carne
la palabra
multiplicada en el vacío
la ceniza
hecha cuerpo.
Todos sangramos,
todos.
Todos llevamos
en los dedos
astillas incrustadas
del último tablón.
¿Quién
no ha contemplado
sus
propios pies descalzos y ha llorado?
Sangrarás
del mismo
río de sangre de tu madre
y rezarás
los versos aprendidos
en plena luz
de infancia.
La cruz está
clavada en el plexo
central de
la palabra.
El milagro
no es el mar partido en dos
ni la respuesta
al rezo.
El milagro
es el rezo apurado
por la arcilla
hecha sangre
por el polvo
hecho sed. |
You will
Bleed
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You will bleed
like on the
cross the one who spoke
of the bread
and of the miracle.
Believers
or not we all bleed
the strange
moral of the flesh
the word multiplied
in the void
the ash made
body.
We all bleed,
everyone.
We all bear
in our fingers
splinters
incrusted from the final beam.
Who has not
contemplated
his own bare
feet and wept?
You will bleed
from the same
river of blood of your mother
and you will
pray the learned verses
in the full
light of infancy.
The cross
is nailed to the central
plexus of
the word.
The miracle
is not the sea parted in two
nor the answer
to the prayer.
The miracle
is the prayer hastened
by the argil
become blood
by the powder
become thirst. |
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Tus abuelas
rezaron
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Tus abuelas
rezaron cada una
en su sitio
todos los días de su vida.
Arababé,
limpias sus manos y sus pies,
contrito el
rostro, en la mezquita.
Mi madre,
mirando hacia lo alto
al pie de
la cruz en una iglesia.
Los abuelos,
cada uno en su contexto,
optaron por
ser libres.
No sé
si lo lograron.
Tampoco sé
si rezaron en la pena.
Fueron buenos.
Hoy son los
únicos que saben la verdad.
Tu padre te
enseñará a rezar
inclinando
la frente sobre el suelo
sencillo y
limpio de una alfombra.
Hacia el este
tu cara infantil
intacta de
nostalgias.
Te habré
enseñado yo a arrodillarte
y a cruzar
por tu rostro la señal de otra fe.
Quizás
un día te venga bien
recostar tu
rostro adolorido sobre el
suelo y repetir
un Padre Nuestro
o arrodillarte
en una iglesia y cantarle
a Dios el
Misericordioso, el Compasivo.
Se vale rezar
en cualquier lengua
o no rezar.
La oración
eres tú.
Fragmentos
del poema_MIÉRCOLES
DE CENIZA_(México:
Miguel Ángel Porrúa, 2007).
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Mi casa padre
nuestra casa está rota
sin ti parece
ajena y detenida
como si se
hubiera ido a su manera como si lo
que queda
ladrillos
varilla muebles
hubiera enloquecido
el jardín
enyerbado como un cementerio al que
llegan
ocasionalmente
a morir algunos pájaros
tu tortuga
enterrada en una esquina más
caracol que nunca
la piscina
vacía apenas
flotan los cadáveres verdes
de las ranas
incautas de las últimas lluvias
todo está
roto padre todo
no hay nada
en toda nuestra casa que sepa continuar
después
de tu partida todo se escapa
al tiempo
los grifos
del agua las paredes
la banqueta
el techo empieza
a humedecerse las camas se rehúsan
todo es ajeno
y viejo y nuevo
y nunca
de nada sirve
limpiar los techos y los pisos
podar el césped
nada está
ya aquí padre todos se fueron
esa noche
han emigrado
contigo los objetos las cosas
la tortuga y el auto
hasta mamá
se ha ido contigo sin saberlo
no me has
dejado nada mi casa es tan extraña
está
muerta la casa sentada en su
silla de concreto
de telarañas
como una inválida suspensa en sus muletas
de columnas
y piedra de agua estancada y tierra
y mi madre
lee cree que lee
y no lee
como si también
los ojos se le hubieran saltado de las cuencas
siguiéndote
rastreándote leyéndote
en pasado
también
ella lleva muletas invisibles
cortadas que no vemos
y mi hermano
escucha música cree
que escucha
y no escucha
porque se
le escaparon los oídos como volantes levantados
por el viento
en las calles de la infancia de la terrible
adolescencia
limpiamos
la casa absurdamente y no responde
no contesta
no habla no echa a andar
a pesar de
las vitrinas de los jarrones
de las ventanas y las puertas
todo es sólo
su cáscara todo
todos se fueron
todos
nadie viene
ya aquí ni siquiera hay ratones
ha caído
una espesa capa de deterioro y polvo
y la gente
transita como siempre afuera
pero adentro no hay nadie
te lo llevaste
todo
es mentira
que no nos llevamos nada
nos lo llevamos
todo los objetos
las cosas nuestra casa
por lo menos
aquí todos se fueron como pudieron
irse
a su manera
montaron en tu muerte como animales salvables
en la barca
y se niegan
a hablar a funcionar
a contestar preguntas
las sillas
las maderas el patio
los libreros
la casa padre
nuestra casa está
rota
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Te habitaba
constante la alegría
rasgones de
intemperie te mojaban el alma de ternura
te poblaba
por dentro un parvulario
un salón de clases
con sus ventanas
rotas y los rayos de sol tamizando de oro
la tierra
en los pupitres
te habitaban
historias antiquísimas cuentos
de sal y sed
de tíos
pundonorosos revoluciones
historias buenas
como tú
mismo sentado en nuestra mesa
los anteojos a media nariz
los brazos
como gatos durmiendo en el regazo
la mirada
infestada de chispas de risa
de ironía
en ti la alegría
era congénita pensábamos
te habitaba
constante un verano de árboles y sombra
de limonada
de agua de calle transitada por gente
sudorosa
con su calor
de julio con su estudiante joven leyendo
anatomía
te habitaba
inédita la vida como si antes
de ti no hubiera nada
como si fueras
el primero en enseñarnos
la manzana
aún sin mordeduras
el primero
en mostrarnos la sabana el agua
el pez la lluvia
te poblaban
el alma cosas buenas
seres de blanco
semillas de girasol para los pájaros
criaturas
recién desalojadas del vientre de su madre
pupilas bautizadas
por la luz inicial antes del rito
antes del calendario
padre
te habitaba
constante la alegría
te poblaba
por dentro un parvulario
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Poemas
de Y COMERÁS DEL PAN SENTADO JUNTO AL FUEGO (México:
Claves Latinoamericanas, 2002).
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Compañero
amor
multiplica
los panes del deseo en la penumbra
y pártelos
con tus dedos
lavados en la blanda herida
del migajón
multiplicado en el milagro
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y como al
mar ve abriéndome a tu paso
ve escindiendo
las aguas ve dividiendo
peces
y ese fondo
implacable que sólo tú conoces
ese mundo
de origen que guardo imperturbable
_
hasta que
tú me encuentres
hasta que
tú te inclines a este calor de mesa
a esta oscuridad
habitada del vientre
y comerás
del pan sentado junto al fuego
y vencerás
las sombras con la hogaza que tiembla
y habrás
cerrado el mar
compañero
amor
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