Mi
madre está ahí
pendiente
siempre de mi balanza
y la veo pedalear
la mañana
con que nos
espanta el hambre
mientras en
su risa se dibujan los días.
Mi madre está
ahí
solo sé
que pronto vendrán las muchachas
a probarse
las horas
que solo ella
zurce con su máquina
cuando tocan
a la puerta
y hacendosa
se pierde
costura adentro
tras la lluvia.
Mi madre está
ahí
saboreando
el ajonjolí que aún riega su infancia
cuando por
sus labios azules
brota una
melodía de aires gallegos
y se acerca
al niño que soy
dormido casi
junto a su espera
y recobra
la afinación que el tiempo robó
tras el fugaz
laberinto del otoño.
Mi madre está
ahí
yo soy quien
esta lejos... muy lejos,
acunando en
la palabra
el molto vivache
de la Singer
que en ésta
mañana...
me abraza.