Gabriel
Impaglione_(Argentina-Italia)._"A
los pescadores de Reta"
Fue
tarde entonces cuando estrené los brazos.
Cuando recibí
barba y bandera las orillas estiraban
su soliloquio
entre los pájaros
y no había
sino huecos espumosos
en el lugar
donde se multiplicaron las barcazas.
Quién
sabe dónde las redes,
en qué
graves mareas se hundieron los oficios.
Llegaban cegando
la luz horizontal del crepúsculo
cargados de
plata refulgente,
agotados con
sonrisa bajo sus sombreros.
Victoriosos
burladores de arcanos marinos
llegaban a
la costa montando las rompientes,
blandiendo
sus puños mordidos por las cuerdas.
Allí
latían revelaciones de ultramar,
se narraba
la gran ciudad del agua y el salitre,
comenzaba
la contabilidad pieza por pieza
de mano en
mano, centavo a centavo.
Se le cantaba
al cardumen como al sol o al aire.
Llegué
tarde al vértigo del oleaje,
al perfume
exacto de la rosa de los vientos.
Allí,
de pie, en otro siglo de huellas descalzas
tan sólo
un roído barco hundido en la arena
y lejos la
estela de los pesqueros invisibles
sobre cuya
ruta aún trazan su círculo las gaviotas.
De vez en
cuando un viejo pescador emerje
vestido de
algas, de peces de relámpago,
y desata los
nudos marineros de los vientos
mientras un
niño, calladamente alegre
rompe el límite
del agua con la risa.
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