_
Con tus caricias
creció
el andamio
que estructura
mi carne
y mi el deseo
igual que
una guitarra
aguardando
tus manos
para llenarse de vida
en el silencio
Entré
en tus dedos
con la ansiedad
de precipitarme
en tu vertiente
como un río
aumentada por la tormenta
y reí
como jamás los dioses
vieron reír
a una mujer
Déjame
refugiarme
en tus labios
ábreme
las humedades
que necesito
sentir
tus contracciones
anidar en
tu pelvis
recorrerte
con la punta de una pluma
como a un
trozo de papel
hasta verte
enloquecida
y tierna
Ábreme
que necesito
una vez más
tu líquida
pasión primigenia
resbalarme entre tus piernas
igual que el primer día
cuando nacimos
rompiendo con un grito
este silencio mortal.
_