Pablo
Urquiza_(Argentina-Francia)
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"Como se
llena de ramitas el río..."
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Como
se llena de ramitas el río con un juego de niños,
De orilla
a orilla prolonga el día su voz, que es la tuya.
No sé
de las palomas que pasan por tu frente al dormirse la noche
Ni de las
llaves que intentan atraparte para la otra vida.
Sé
de las sílabas que infatigables corren los rieles en la sombra
Cuando la
ciudad es tan sólo una isla insomne en la llanura.
Y por su acento
va tu voz navegante, indeclinable y fértil,
Más
próxima a la tierra que a las altas esferas invisibles.
Espectral
como la llama que sube sin huellas ni pájaros
Te sigue mi
vida por esos baldíos. Te sigue y no amedrenta.
Te sigue sin
las pausas que imponen la cuerda, la camisa, el polen.
Es una y todas,
es cierta y no: lúcida y ciega como este lomo del perro
en que el verso me fija.
¿Basta
el verano con sus generosas veredas de frutos, sus paseantes,
Los estrepitosos
lanzallamas, los flotantes pianos de las aguas,
Para inundar
la noche y abandonar tu voz que es una esposa?
Voltea un
alargado mugido el otoño desde su corral abrileño.
Ojeras de
escarabajo, lágrimas de estar abajo siempre,
Apacentando
la esperanza echada en el estiércol meses y meses,
Afiebrado
entre sexos que encienden humaredas,
Sin posible
ascenso, sin futuro retorno. Sólo miran
Atentos los
brotes sumisos, la raíz inocente
que estima a la araña, universal tejedora…
Amarra el
día y salto a tierra. Reptan las estrellas
en el agua al clarear
Tu voz, que
es la del mundo.
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