Para que puedas
verme y encontrarme
existen los
planetas
(ambos tenemos
pies sobre la Tierra).
_ Para que la
fragancia de tus manos,
generosas,
recorra las distancias
existe el
viento
(tu perfume
está en mi y yo lo bebo)
_ Para que esta
sed que alimentamos
se libere
y nos llame sumergiéndonos
existen los
océanos
(nada tan
fusionado como el agua,
ni tan vivo,
ni tan lleno de encuentros)