Tenía nueve años y una pluma roja
se deslizaba como hechizada
quería trazar los sueños
que venían de mi niña de aire,
pero eran pocos los años
y muchos los recuerdos
por eso entonces,
sólo pude escribir tu nombre
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Aún me abrigo en el silencio
de tus ojos transparentes
velando cada espacio de mi niñez,
cada caricia que me diste
y las tardes de cuentos junto a la chimenea
Recuerdo que escondías
tu pequeña fortuna tras la alacena
sin que el abuelo supiese
que eras tú la que pintaba mis alas
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Tenías fuego y brisa en la mirada
y arrugas junto a los labios
que tanto dolor silenciaron
Me conmuevo pensando en los silencios
que nadie más que tú supo ver
en aquellos sueños que por ser de aire
eran frágiles como una luna de diciembre
Yo quería contar cuentos como tú
pero sólo tenía 9 años cuando te
marchaste,
cuando juntaste todas las monedas
y me compraste aquella pluma roja
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