Campana azul
rumbo sin tiempo
mar pero sin catacumbas.
Poesía de la alta noche:
cierra la puerta.
Detrás de un largo sueño
ronrronea el perro, y
como cánceres de acero
caen, multiplicándose,
los peniques de la luna
Mientras se cubrían de sangre
las fuentes, ya sin agua,
sin pescados los ríos,
pero con muertos,
sin noches de dolce vita,
moría la revolución, sólo había
muerte.
Porque el mendigo nació para morir,
allá en Santiago, Marito, descalzo,
vomita
sin mí
la Alta Poesía.
Por una gota se desliza
la noche hacia el vacío
y me evaporo,
hormiga,
hecha poesía.
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