DUODÉCIMA EXPOSICIÓN MURAL Y VIRTUAL DE POESÍA Y ARTE

EN HOMENAJE A MARTA ZABALETA
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Congreso de la ACH
1-3 de junio de 2016
 
  
 
Julián Bastias (Chile-Francia)
Ineludibles referentes éticos

Estimados amigos, quisiera participar con algunas palabras en el reconocimiento que se le hace a Marta.

 

Me llamo Julián Bastias, voy a tener 70 años, vivo y milito en las periferias de París. Soy sicólogo social chileno exilado. He escrito y publicado  Memorias de la lucha campesina  de los tiempos de Allende.

 

Marta  y  Alberto  fueron ineludibles referentes éticos para nosotros, jóvenes marxistas en los años de fundación del movimiento revolucionario en Concepción. Necesitábamos de ellos para balancear nuestros ímpetus. En aquel entonces, los años 60-70, pretendíamos lograr todo y pronto. Todo nos parecía posible porque era necesario… Nuestra profesora, nuestra compañera Marta, insistía en que si no éramos capaces de extraer de raíz la ignorancia y la alienación, no podían haber cambios revolucionarios. De ahí que  Marta exigía una real presencia del pueblo en nuestras filas. Criticaba su ausencia cuestionando nuestros métodos de proselitismo. Se refería con gran convicción a la pedagogía de Paulo Freire, motivándonos a practicarla. Tales experiencias nos llevarían a muchos a dejar la universidad para partir a vivir con pobladores y campesinos. Marta fue una de los académicos que logró llevar el conocimiento hacia el exterior de la universidad. Arriesgaba su carrera docente, denunciando un saber elitista al servicio del poder dominante. Con la reforma universitaria se abrieron las aulas a nuestros hermanos pobladores y trabajadores; ella misma salió a su encuentro anunciando la participación de la mujer  y de otras minorías en la lucha social. Dejó sus huellas en comités de mujeres en Villarrica y otros lugares, en donde aún recuerdan su paso por los barrios populares de ese pueblo pre-cordillerano. Influyó en algunos de nosotros, que partimos a vivir con el campesinado, para concientizarnos juntos a ellos. De ahí nacen las recuperaciones de tierras y tomas de fundos. Desde siempre nuestra compañera Marta, no solo con palabras, sino con su ejemplo, demostraba que sobre todo la responsabilidad del intelectual es de comprometerse con una búsqueda de la verdad, cualquiera ella sea y cuánto ella nos duela. La teoría crítica no sería solo para el exterior, repleto de enemigos evidentes, sino también para nuestras orgánicas en donde errores y abusos son sutiles y cuesta decirlos. El papel de la mujer en la revolución, aún hoy en revolucionarios chilenos, no está claro. En momentos complejos se arriesgó a definirse sobre este tema. Fue siempre escuchada, porque se respetaba su crítica profunda y sincera. Incluso en"democracia" las mentalidades no han cambiado. El neoliberalismo ha acentuado aún más nuestra alienación. Marta forma parte de esas minorías activas que continúan denunciando el mal.

 

Hace solo unos cinco años que descubrí con inmensa alegría que Marta había sobrevivido a todos los vejámenes de la prisión. Me permitió empezar a intercambiar con ella, a pesar de su enfermedad y sus responsabilidades, me fue leyendo y aconsejando en mis escritos de memoria campesina, me dio aliento con su poesía e infatigable creatividad. Nunca ha dejado de recordarnos el destino de nuestros camaradas desaparecidos, haciendo recuerdos de todos sus valores y sufrimientos encarando la criminalidad perversa de los militares chilenos. Rememora a cada uno de ellos como individuos singulares, al margen incluso de sus deberes militantes. Aparecen detalles de sus personalidades, que habíamos olvidado o que nunca habíamos constatado. Marta pareciera recordarnos que el individuo no ha sido destruido, y que no ha sido derrotado. Me recuerda a B. Brecht: "El que combate puede perder, pero el que no combate, ya perdió".

 

Julián Bastias Rebolledo



Esto es más de lo que me merezco, Julián, pero es a lo que una aspira que se comente mientras la creman. Como me falta mucho, opto hoy por dedicárselos a mis hij@s y a su padre.

Gracias, Kompañero, amigo, maestro Bastias.

Un fuerte abrazo, de una saturada de lágrimas sonrientes,

Marta



 

Martita: me han emocionado las líneas de Julián. Se palpa en ellas el valor de tu vida y tu persona. Y como él ha aprendido a estar cerca de la tierra y a prestar oído a los murmullos del campo, no exagera, y nos dice cosas con su autoridad de mediador entre tantos mundos de entonces y de ahora.  ¡¡¡Qué cronista!!!

 

Un abrazo,

 

Alberto


 

Alberto es el padre de mis hi@s, del cual estoy divorciada hace 23 años.

Su nombre completo es Ricardo Alberto Hinrichsen Ramírez, es chileno, y fue mi ayudante-alumno en 1968, más mi jefe político desde que entró ese año a militar en el MIR, adonde lo ingresé yo. Y en 1969, nos casamos.

¿Discriminación contra las mujeres en la izquierda revolucionaria chilena? No, ¿¿¿quién dijo???... Ja, ja, ja.

 

Lo respeto mucho porque no solo es un buen economista y amigo mío, sino que estuvo secuestrado en Argentina, torturado y luego preso en cárceles de alta seguridad, y posteriormente  fue expulsado del país por decreto del Gral. Videla, y lo enviaron al exilio en el Reino Unido, con esposa (yo) e hija chilena porque en Chile lo tenían en la lista de los asesinables.

Marta

  
 
  
 
 

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