Las
estrellas de Lady Rojas nos convocan al tributo.
En verdad, Lady es una estrella que moviliza y
encanta con sus reflejos irisados. Ella fulgura en
la contradictoria experiencia del vivir,
alumbrando caminos con su palabra y ejemplo porque
toda su personalidad creadora pertenece al mundo
de la vida y su escritura. Donde está la
injusticia, ahí está la luz de poeta activista,
educadora de pensamiento crítico fundamentado en
convicciones que marcan de modo consecuente su
trayectoria creativa. Mujer de palabras, de
humanismo activo, de culto a la matria originaria
y abierta al mundo, Lady es guardiana del fuego de
la familia, con fe en el mejoramiento humano. Sus
estrellas son de agua y sangre. Fluye y arde en el
curso de la vida, entre júbilo y dolor, tan
crítica como afirmativa.
Lady,
estrella escritora, se inscribe en el espacio y el
tiempo de sí y de los otros para configurar formas
de existencias imaginarias reales, sensibles e
intelectualizadas, en una dinámica que va del
texto a la vida y de esta a la textualidad,
privilegiando la comunicación. En su discurso
autoral, las estrellas de agua y sangre
representan un proceso vivificador complejo. Las
estrellas de agua fluyen; la sangre destila,
transfigurando. Todo en ella confirma el
renacimiento espiritual del ser unido a la
transformación social, evidenciando vínculos
generativos fundamentales de creación y
autocreativos.
Como
afirmación de la autoría literaria y artística
femenina en nuestro universo americano, la
sangre nos lleva a la extraordinaria figura de
sor Juana Inés de la Cruz, la cual realiza un
gesto emblemático. Con sangre finalmente se
firma y afirma en el turbulento panorama de
época. Precursora magistral, de su ejemplo
venimos en la tentativa de dar continuidad al
legado. De ella se nutre la Lady estelar que se
reconoce en una tradición artística de
aspiración libertaria, afincada en la dialéctica
de identidad-alteridad abierta al mundo.
En ese
ámbito de vida y letra, su obra poética y
ensayística indaga en la memoria herida,
sangrante de América Latina. Corre la sangre
de la opresión, explotación y violencia de
nuestra historia, a la par, el caudal y la
fuerza de creación, alentada por la certeza de
que, como Eduardo Galeano afirma, "la historia
cada acto de destrucción encuentra su
respuesta, tarde o temprano, en un acto de
creación." Así Lady autora testimonia la
historia de Nuestra América al indagar en
zonas de silencio, dando visibilidad y
protagonismo a los vencidos en batallas, no en
la guerra del tiempo, como dijo Alejo
Carpentier, dando protagonismo a los
luchadores de todos los tiempos, con
referencia, si bien no exclusiva, al Perú
natal. Paralelamente, su discurso poético y
reflexivo constituye un registro de la
historia personal y familiar, del oficio
letrado, de los tránsitos transculturales.
Lady
brilla por su activa participación en la esfera
sociocultural, así como por el sostenido ejercicio
de la ensayística y la poesía. Conviven encuentros
y despedidas, nacimientos y muertes, tránsitos y
enraizamientos, finales y recomienzos. La autora
recorre su diáspora –síntesis simbólica de
numerosos viajes–, ahondando en pérdidas
enriquecedoras y hallazgos transformadores,
motivaciones dominantes de una obra de
resistencia.
Su
poesía de definida identidad artística se
distingue por los vasos comunicantes entre
géneros, tipos de discurso y registros. Alternan
canto, testimonio, diario íntimo, memorias,
autoconfesión, retratos y autorretratos. La voz es
solista y coral, dialógica y reflexiva. Sus
estrellas son de la diversidad, la inclusión, la
convivencia.
En ese concepto y práctica escritural,
en esa libertad compositiva integradora de
diferentes formas y saberes, la autora configura
identidades complejas. De Perú a Canadá, Montreal
protagónicamente, entre varias lenguas y culturas
muestra lo que la define y estructura. La estrella
no se deja aprisionar en formas cerradas y
conclusas. El espejo de aguas de su escritura nos
hace pensar en la pluralidad de la constitución de
sí misma y de tantos de nosotros, sus lectores,
sobre todo en relación a tránsitos de vida y traducción
cultural. Los trasiegos, iluminados por la
conciencia de sí, se proyectan en la figuración
dinámica de los sujetos en diáspora, sobre todo
femeninos, transmigrantes.
Este sujeto mujer, tan parecido y diferente de
Lady –de cuya existencia empírica sabemos poco en
comparación con la complejidad de toda vida–,
muestra las estrellas que nortean su experiencia y
pensamiento. Al autorretratarse en la pulsión
creadora de la sangre vital y las aguas
prismáticas, la autora-estrella enriquece su
constelación del imaginario.
Como en
la ronda imperecedera de Gabriela Mistral,
podemos darnos la mano, incluirnos conscientes
de la riqueza de la diversidad. Otro tanto
acontece con las figuras paradigmáticas de la
historia y la cultura, desde los incas hasta
el presente, como quería José Martí en su
ensayo sobre Nuestra América. La escritura de
Lady penetra en los vacíos de la historia para
configurar vidas modélicas, revelando
intersticios y silencios. En su discurso
reflexivo cobra forma la historia de
traumáticas pérdidas que se remonta a la
conquista colonial, a la vez que se adentra en
la caótica contemporaneidad, entre dictaduras
y luchas democráticas, entre dependencia y
emancipación libertaria. De tal manera
esclarecida, los hilos personales y colectivos
se entretejen para configurar su obra, raigal
y expansiva. Las estrellas de Lady se
constelan.
En este
encuentro, ahora rendimos tributo de
admiración a Lady Rojas Benavente, a su
condición estelar fundamentada en
convicciones, afectos, devociones, de
servicio humano entrañable. Siendo así, nada
más elocuente que su palabra poética:
¿Para qué aprender a calcular las
estrellas,
el tamaño de su espacio, el tiempo de su
resplandor?
Un día la mujer entra al río y se moja
hasta acariciar con las olas sus algas pequeñas. El agua la envuelve en su cadera,
\ la empuja al abismo de su cauce. Ahí toca el borde de una herida. La mujer para su ondulación sola contempla los chasquidos del
río...
a la hora blanca, la mujer riega con su seno la ribera. El río lame las sombras y la estrella puro espejo duerme todavía.
____________"Estrella
de agua"
Esa
mujer,
que entra en el río infinito de la imaginación
poética, revelando la herida
en
el puro espejo de las aguas que nos deshacen y
hacen, está con nosotros
aquí y ahora: celebremos su presencia creadora de
mujer-estrella, autora de una obra estelar.
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