El día amaneció
oscuro,
con una
lluvia necia
que sigue mojando
este día de este
mes cruel,
el mes más cruel
en el que decides irte
con esta lluvia
que sigue cayendo
sin razón,
que debió haber
parado hace mucho
pero que sigue
como por capricho
como el tiempo
o la muerte que no
tienen nada que hacer.
Los árboles mueven
sus ramas
como diciéndote
adiós
no nos olvides,
como diciéndote
que regreses
pronto,
que te veamos
pronto
aunque sólo sea en
la memoria
en el sueño en el recuerdo;
como diciendo
que duermas bien,
que descanses
bien,
que el viaje no te sea largo.