Cascabel (Agustín
García-Espina Martínez) (España) Salvemos lo que queda
Esta obra y su conjunto, que es
presentada por primera vez al público gracias a
la generosidad del Registro Creativo en su
inolvidable homenaje a Nela Rio, su fundadora,
tuvo su nacimiento en una iniciativa urbana,
anónima, llevada a cabo en la ciudad de
Valladolid (España), cuya raíz parte del
malestar constante de cierta pesadumbre que, a
lo largo del tiempo, fue depositándose en el
fondo de un "mar inquieto": un mar coralino de
pretendidas aguas cristalinas.
Este profundo disgusto, confuso y turbio entre
penumbras, surgió al ver cómo es mancillada la
Belleza en cualquiera de sus formas, tramos o
aspectos naturales por ciertos comportamientos
sociales que abundan, por desgracia, aquí o
allá, al amparo de la indolencia de sus
ejecutores, sometidos al sopor y la apatía de
ciertas conductas impresentables como resultado
de un concepto equivocado de la vida. La Vida,
un Santuario donde el artista encuentra
inspiración y el soplo que transciende toda su
sensibilidad expresiva más allá de la razón: la
añoranza de un paraíso perdido donde la belleza
se muestra real y verdadera.
En este capítulo urbano, la generosidad, la
compasión y el amor fueron, desde un principio,
palabras importantes a señalar. Nunca, de ahí su
anonimato, defendidas como patrimonio demagógico
del autor de la iniciativa urbana -las virtudes
son dominio del alma-, sino como acervo a
destacar dentro de la naturaleza consciente del
ser humano y su búsqueda de la Felicidad:
objetivo que se desvanece cuando el otoño cubre
los campos de melancolía y una gélida bruma
va envolviendo la sementera. Palabras, de
gran significado para todos, y cuya raíz, si se
toman en pequeñas infusiones, tienen el poder de
sanar la raíz de lo insano: la ofuscación, la
avidez y el odio.