_MARTA
DE ARÉVALO
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Comentarios
críticos sobre
Mariposas
y
fantasmas
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Profesora
Malva Bengua. Pronunciado en el acto de
presentación de la obra
en el Ateneo de Montevideo, el 26 de agosto de
2008
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La poesía
de Marta de Arévalo no acaba de asombrarnos porque
en ella encontramos
siempre el toque de lo insólito y no nos referimos
únicamente
a la novedad formal de la que ya en otros
estudios hemos
hablado, *
recorriendo los itinerarios
vanguardistas en sus textos, la incorporación del
espacio de la
página como elemento significante, la intensidad
de sus versos en
otros. Nos referimos en esta oportunidad a una
“variación” de su
voz y su temática que nuevamente nos sorprende.
Este poemario Mariposas
y fantasmas anuncia desde el título el aire
con el que se construye,
nos acerca el hálito de un mundo sutil evanescente
tan inaprensible
como real.
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Porque ¿qué
tienen de común las mariposas y los fantasmas? Son
casi la antítesis
de un mundo alado de la luz y otro de sombra, de
los inicios y de los finales,
de las promesas y sueños coloridos, a las
realidades que no siempre
conservan las alas y … se transforman en
fantasmas.
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Al fin, logra
tocar nuestra vida (como siempre lo hace ) y
mirando por sus versos reconocemos
en nosotros mismos nuestras mariposas y nuestros
fantasmas ya que ¿quién
no sabe de mariposas y fantasmas en su vida?
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El poemario
es el eco de una vida, el resplandor y la sombra,
de una vida que abarca
todas las vidas más allá de lo biográfico. No nos
llama la atención que la biografía no se aborde
desde lo
lineal y descarnado. No aparecen nombres propios
porque se abordan las
esencias, se rozan los sentires … sutilmente …
como el batir de alas de
una mariposa. Desde esos lugares se construye lo
connotativo, aquello que
nos unifica en el sentimiento. La vida de los
hombres tiene encuadres,
un soporte material que nos es imprescindible,
como al cuadro lo sostienen
los marcos. El soporte temático sobre el que gira
el texto es “La
Casa”. Los espacios por donde pasa la vida.
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En su estructura
formal externa el poemario se organiza en dos
grupos bien definidos como
si existiera un eje central imaginario que los
dividiera: La Casa I y La
Casa II, Habitantes I y Habitantes II. … M. de
Arévalo hace un tratamiento
original del espacio, y creo que allí reside la
originalidad y la
mayor carga afectiva. No quise quitarle voz a los
habitantes, ellos hablan
desde el texto por sí solos y a pesar de que su
verso es siempre
sacudidor, toque lo que toque, convengamos en que
otros poetas ya se han
acercado al tema, en cambio yo no conozco a
ninguno que poetice tan bellamente
unos muros… salvo Quevedo: “… miré los muros de la
patria mía…si
un tiempo fuertes, ya desmoronados…” Pero ¡no
hablaba de casa!
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Importa destacar
el concepto de que la creación poética como decía
Machado se recrea desde un presente evocado
poéticamente.
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Hay un pasado
y un presente netamente diferenciados y el fluir
de lo temporal se hace
palpable en el discurrir de los versos que se
despliegan en movimiento
como dos alas que armoniosamente danzan y
construyen la existencia.
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Es “La casa
que soñamos” , “concreción de cemento y de
ternura” un “sueño
luminoso y vago” ..soñada ..”alumbrada en
mariposas”. “Y había
mariposas!” afirma enfáticamente como comprobación
dichosa.
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Esa casa soñada
se hace real y es recreada para nosotros, los
lectores, desde el presente,
“Airosa y blanca en un círculo de ensueño”.
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La vida impone
cargas a veces muy pesadas que nos hacen andar con
un ”aire doblegado en
dimensión etérea “y más adelante “ tan ocupada
preocupada
y sola que no era ella….”
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La vida fue
pasando ….para la casa y para los habitantes. El
yo lírico expresa
que en algún momento “no existimos nada mas que
para el rezo”. Es
entonces tiempo de fantasmas: “Recelaban en
secreto los espectros” , “amparando
su sigilo entre la prisa”.
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Personalmente
me impactaron más las mariposas que los fantasmas.
y sin darme cuenta
privilegié y me detuve más en ellas. Ahora que lo
pienso
creo que también intento dejar una mirada de
“revoloteo de mariposas”
ya que la vida actual y la poética abundan en
fantasmas, no así
de mariposas doradas.
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En la contratapa
aparece el poema “Medallón de otoño” que justifica
el dibujo
en la carátula:
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__________Esta
tarde de setiembre
__________casi
parece un medallón de otoño
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__________He
encontrado cuadernos antiguos
__________y
releyéndolos encontré a mis hijos
__________otra
vez niños jugando a la ronda
__________con
moñas de escuela…
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¿Nos
revelará este poema el impulso creador que le dio
vida a todo el
libro o tal vez la emoción de la autora, guardada
como “medallón
de otoño“ en lo profundo de su ser, fluya ahora
como río
de luces y de sombras, evocando el ayer y
reconstruyendo poéticamente
el devenir de su vida?
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*
Malva
Bengua. “Una aproximación analítica a la poesía de
Marta de Arévalo” (ponencia; V Congreso Nacional y
IV Internacional
de Literatura “Profesor José Pedro Díaz.
Literatura Uruguaya
se busca 1980-2005.” Organizado por la Asociación
de Profesores
de Literatura Uruguaya – APLU- e Intendencia
Municipal de Montevideo, 10-12
de mayo de 2007._Regresar.
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Juan
Ruiz de Torres (España, noviembre de 2008;_comentario
igualmente disponible aquí)
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Marta de Arévalo,
escritora y promotora de la escritura, mantiene en
Montevideo desde hace
años, entre otros empeños, el grupo B.L.A.N.C.O.,
cuyos talleres
y publicaciones ejemplares son conocidos en el
mundo de nuestra lengua
común. Sus numerosos y significados premios, tanto
a sus dos docenas
de poemarios como a su labor por las letras, en
Europa y América,
no hacen mejor su obra pero la avalan entre
quienes no la conocen: distinción
sutil que la honra. Marta de Arévalo encierra, en
su poemario Mariposas
y fantasmas, una elegíaca memoria de "la
casa" y sus habitantes.
¿Mariposas o fantasmas? Marta se debate entre el
recuerdo obligado
y el deseo de olvido. Pueblan el escenario
metafórico de sus páginas
los recuerdos, las intuiciones, y desde luego los
olvidos voluntarios,
que no obstante regresan una y otra vez
convertidos en fantasmas. Pero
las mariposas "oscuras y diáfanas" llegan aún, y
su presencia
redime, rescata. Porque, en silencio, "en soledad
hospitalaria / la casa
/ aguarda".
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Herminia
D. Ibaceta (Gainesville, EE UU, 23 de enero de
2009)
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Los versos
de Mariposas y fantasmas, sentidos,
evocadores, sinceros, recorren
la vida, las experiencias, la verdad de una
familia que pudiera ser la
nuestra. Su lectura nos hace reflexionar. Sus
alegrías, sus nostalgias,
nos envuelven haciéndonos volver a nuestra propia
vida. Su lenguaje
poético, que nos habla de un cielo que: “Tiende
sus navíos
como salmos o banderas” (7). De una casa:
“alumbrada en mariposas” (12);
de “Fantasmas que suspiran en los postigos” (18);
de “Una niña que
andaba con aire de manzana”(24), entre otras,
resulta a la par tierno y
sublime.
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Recorriendo
sus versos el lector encuentra la casa que todos
soñamos: humilde
quizás, pero amplia, ventilada, luminosa; casa que
entre sus muros
y ventanas guarda el corazón de sus habitantes,
sus penas y alegrías,
ofreciéndoles las vibraciones de un verdadero
hogar. Su lectura
nos hace revivir nuestras propias ilusiones,
nuestros momentos, sueños
y realidades. Ahonda en el paso de los años con su
carga de algarabía
y felicidad; de silencios y nostalgias; de
soledades y de la muerte que
es, sin lugar a dudas, tan temida, pero tan real
como la vida misma.
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