"Cherchez
La Femme"_(columna
"enlectura"
de la revista_enpunto_7,
verano de 2006)
_
“Buscad a
la mujer” ordena el título, traducido del
francés al español,
en modo imperativo. Su origen se
remonta a la exclamación
acuñada en la obra Les Mohicans de
Paris/Los Mohicanos de París,
escrita en 1854 por Alexandre Dumas,
padre._(1)_Para
los lectores poco conocedores de esta
obra, basta recordar otras más
populares de Dumas como El Conde de
Montecristo y Los Tres Mosqueteros.
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Retomando
este acusativo, el uso común de dicha
exclamación lo identificarán
los amantes de la novela policial o
detectivesca. Recordemos al acucioso
inspector Hercule Poirot, infalible
investigador creado por Agatha
Christie.
En cuántas elucubraciones, tras la pista
de un criminal, no lo imaginamos,
exclamando a su menos perspicaz asistente:
“Ooh-la-la, cherchez la
femme”! Correspondía entonces
dilucidar ¿qué
mujer infame habría seducido a su víctima?
¿Qué
locura pasional habría conjurado para
incitarlo a cometer el acto
criminal?
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Encontrar
a la mujer, en este caso, es encontrar a
la culpable, ya que, cuando un
hombre exhibe comportamiento inexplicable,
infame o llanamente insensato,
una mujer habrá sido la causa de su
motivación. Es
casi un axioma universal que el
comportamiento disparatado de un hombre
se puede atribuir a una mujer.
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Desde tiempos
inmemorables, las mujeres han sido las
culpables de cegar a los hombres
con la tentación y llevarlos a la
perdición. Por demás
está recordar a Eva. La mujer, por
definición, representa
la belleza física, anatómicamente creada
para atraer al hombre
con el encanto de la seducción. Es
parte de su código
genético, dicen algunos. Los griegos
mitificaron a Afrodita.
Los romanos adoraron a Venus y tanto
dioses del Olimpo como hombres de
la Tierra, más nunca hallaron la paz.
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La mujer y
la pasión han caminado de la mano a través
de los siglos.
Sin profundizar más en los antecedentes de
culpa, cabría
preguntar en el siglo veintiuno:
¿Por qué no revertir
el tono acusativo de este imperativo y
darle un giro exhortativo?
Buscad a la mujer; buscad la pasión! En un
sentido más amplio
y menos peyorativo, tanto hombres como
mujeres, podemos buscar ese elemento
que llevamos dentro, ese anhelo por la
belleza y la pasión.
En fin, podemos buscar esa fuerza
inspiradora que todos llevamos
dentro.
_
En su novela
Con Pasión Absoluta, Carol Zardetto,
ganadora del premio de literatura
Mario Monteforte Toledo 2004, explora esa
capacidad que posee cada ser
humano de encontrar esa fuerza dentro de
sí. Sus personajes
recorren la historia de Guatemala, desde
la dictadura de Manuel Estrada
Cabrera hasta la patria presente,
renaciendo del conflicto armado.
Pero la remembranza de estos personajes se
traduce en la búsqueda
misma de la autora que, como el sagaz
Poirot, busca a la mujer que fue
y que es; que fuimos y que somos. Y
lleva al lector a profundizar
en el sentido mismo de la vida.
_
Explora, por
ejemplo, la niñez, con situaciones
universales a todo “patojo”:
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“Me gustaba
caminar en las aceras agrietadas, jugando
a no pisar la rayita…yo paseaba
cuidándome de no caer en los tajos, donde
adivinaba inmensos precipicios.
Entonces la felicidad era fácil y no una
incierta tierra prometida”._(2)
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Pinta la adolescencia
cuando un personaje describe sus
vacaciones:
_
“.., la escuela
vacía era ideal para jugar… Era un
territorio inmenso que
nos hacía crecer las fantasías, con sus
recodos para contar
secretos y sus escondites liberadores de
la omnipresencia de los mayores...,
podíamos transformarnos a nuestro
arbitrio, descubrirnos como la
encarnación del más desatado deseo”.
_
Quizá
la madurez resulta ser, según Carol
Zardetto y sus personajes,
una búsqueda continua de pasión absoluta;
la constante interrogante,
por ejemplo, de la abuela cuyas últimas
palabras son: ¿”Qué
hago ahora?” A lo que la afectiva
respuesta de la autora a través
de su personaje es: “Haga su vida,
haga su vida”. Y ese vivir
con pasión absoluta lleva a la autora a
concluir en un sabio
juego de palabras:
_
“Nosotros,
que nombramos las cosas, andamos perdidos
entre lo sublime y lo execrable,
y quizá nos convendría saber que una
inefable benevolencia
nos abraza. La vida merece compasión
absoluta”.
_
El verbo buscar
se conjuga como el verbo amar que “se toma
generalmente como paradigma
de los verbos regulares de la primera
conjugación”._(3)_Interesante
asociación de buscar con amar. ¿Será
sustituible
uno del otro? Una respuesta afirmativa nos
permitirá entonces exclamar
ya no Buscad a la Mujer, sino Amad a
la mujer.
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Notas:
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(1)__www.phrases.org.uk._En
1909, el autor estadounidense O. Henry
(William Sydney Porter) usó
la expresión como título de un cuento,
"Cherchez La Femme".
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(2)__Con
Pasión Absoluta, Carol
Zardetto. Fotocopia de la obra
y obsequio de la autora. Los textos
citados se encuentran en las pp. 9,
16, 292 y 294.
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(3)__Diccionario
ITER de la Conjugación, (Barcelona:
Ramón Sopena, p.
9). |
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"De
Lunas y Lunáticos"_(columna
"enlectura"
de la revista_enpunto_8,
otoño de 2006)
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Dicen que
es evidencia de depresión, eso de andar a
oscuras, huyendo del Sol,
dejándose guiar por la luz de la
Luna. Quizá Freud
hubiera catalogado al Conde Drácula o al
Hombre Lobo como maníaco-depresivos
al notar sus obsesivas preferencias
nocturnas, sin mencionar otros curiosos
apetitos.
_
Sin embargo,
cualquiera que pasa la Semana Santa en
Guatemala, santificándose
al paso de las procesiones o purificándose
al ritmo del mar, sabrá
que estas noches nos bendicen con
espectaculares baños de plenilunio.
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Y es de comprender,
esa fascinación por la Luna, al meditar en
las múltiples
fuentes de inspiración que nuestro
satélite ha motivado.
Basta con leer las variaciones sobre el
tema en el Diccionario de la Real
Academia Española, DRAE,_(1)_para
apreciar la magia que el idioma español ha
conjurado al respecto:
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“lunes,
(Del latín, lunae, día consagrado
a la Luna.)
Primer día de la semana civil, segundo de
la litúrgica”.
Al iniciar la semana de trabajo, si
consagrásemos nuestras tareas
a la Luna, quizá nos iría mejor. O
quizá, porque
ese primer día de la semana lo dedicaron a
la Luna, nos cuesta amanecer
con ganas de ir a trabajar.
Elucubraciones de una lunática…
_
“lunada...Pernil
de puerco”. La acepción chapina de
esta palabra pareciera
más apetecible que la española y es que,
en Guatemala, la
lunada
era, por lo menos en mi tiempo, la reunión
nocturna entre patojos
que aprovechábamos la tenue luz para tocar
guitarra, cantar y acurrucanos.
_
“lunar…
m. Pequeña mancha en el rostro u otra
parte del cuerpo, producida
por una acumulación de pigmento en la
piel”. Muchas mujeres le huyen
al sol precisamente para que no les salgan
más idem. ¿
No sería más apropiado que a estas manchas
se les llamara
solares?
A las que padecen de esta condición
dermatológica, quizá
les apetezca el término en inglés que es beauty
spots,
manchas de belleza. De manera que la
que más manchas tenga,
más bella será, ¿no es así?
_
“lunático,
ca. (Del latín, lunaticus.)
adj. Que padece locura,
no continua, sino por intervalos”.
Tomando en cuenta el amplio espectro
que la no-continuidad ofrece al calificar
la locura, la raza humana entera
bien cabría dentro de esta clasificación:
homos lunaticus.
_
Inspiración
literaria sobra, cuando nos alejamos de
Apolo y su carroza solar y nos
dejamos llevar por Artemisa, la
cazadora. Federico García
Lorca (1898-1936) supo captar, en su
poesía y teatro, una Luna hechicera
y embrujadora, pero portavoz de la
inevitable tragedia que vive el
hombre al enfrentar intelecto contra
instinto. En
Bodas
de Sangre_(2),_el
dramaturgo andaluz creó el personaje de un
leñador joven,
con la cara blanca, que personifica
la Luna y anuncia la violencia
y muerte por venir, al descubrirse que la
recién casada Novia ha
escapado con su amante Leonardo:
_
_______Luna.
_______Cisne
redondo en el río,
_______ojo
de las catedrales,
_______alba
fingida en las hojas
_______soy;
¡no podrán escaparse!
_______¿Quién
se oculta? ¿Quién solloza
_______por
la maleza del valle?
_______La
luna deja un cuchillo
_______abandonado
en el aire,
_______que
siendo acecho de plomo
_______quiere
ser dolor de sangre.
____________Acto
III, cuadro primero
_
Genial poeta
de la generación vanguardista,
García Lorca, según
Diego Marín, supo encarnar en sus símbolos
“…el más
poderoso de esos instintos vitales,..el
amor,..como un deseo apasionado
e irresistible de algo imposible que lleva
a la muerte violenta, si quebranta
el orden establecido, o a la
frustración, si
lo acepta._(3)
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Volviendo
a la Luna, no se le considera siempre la
villana de la obra. Es para
muchos portadora de solaz, esparcimiento y
hasta una pizca de fantasía
y travesura. Lectura recomendada,
para estos casos, es el cuento
corto del escritor guatemalteco Francisco
Alejandro Méndez. En “Cuarto
Menguante”, de la colección Reinventario
de Ficciones_(4),_Méndez
relata la historia de Narayana, la niña
que quiso comer la Luna.
En dos breves páginas, el lector podrá
redescubrir el placer
de dejarse llevar por la fantasía
compartida por tantos. ¿O
no creyeron o soñaron alguna vez que la
Luna era de queso?
Se recomienda al lector aventurarse con
Francisco Alejandro Méndez.
No quedará defraudado al encontrar en Reinventario
otros
muchos personajes tan originales como
Narayana.
_
Sea de lunadas,
lunares, o lunáticos, el tema entretiene a
cualquier lector. Y,
para los que siguen los signos del zodíaco
y prefieren cantar, siempre
habrá, bravío y de casta valiente,
un Toro Enamorado
de la Luna.
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Notas:
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(1)__Diccionario
de la Lengua Española, Real Academia
Española, Vigésima
primera edición, Tomo II, h-z, Madrid,
1992, Editorial Espasa Calpe,
S.A., p. 1276.
_
(2)__García
Lorca, Federico: Bodas de Sangre,
Novelas y Cuentos, Editorial
Magisterio
Español, 1968, p. 162.
_
(3)__Marín,
Diego: Literatura Española, Tomo
2, Holt, Rhinehart &
Winston, 1968, pp. 360-361.
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(4)__Méndez,
Francisco Alejandro: Reinventario de
Ficciones – Catálogo marginal
de bestias, crímenes y peatones,
Editorial Letra Negra, 2004,
p. 117. |
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Otras muestras
de su obra:
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