Abanico de piedra, Mondarruego
manantial de colores,
tu elegancia
y estirpe de español admira Francia,
baturro aragonés, y envidia luego.
Vuela en ti la amapola y el espliego
geometría azul, exuberancia
donde el roquedo acalla la arrogancia
y donde el sol camina verde y fuego.
Qué empuje el de tus pliegues amatista,
qué ensueño alzadas torres y bastiones,
qué imán el de tus ojos casi almena.
Me has arrobado el alma con mil sones,
colosal edificio. ¿O es mi vista
que evapora al mirarte toda pena?