*GABRIEL
IMPAGLIONE: Nació en Morón (provincia de
Buenos Aires,
Argentina) el 15 de enero de 1958. Es poeta y
periodista. Reside en Lanusei,
Sardegna, Italia. Ha publicado: Echarle
Pájaros al mundo
(poesía, Ediciones Panorama- Flandria, Buenos
Aires- 1994); Breviario
de Cartografía Mágica (poesía, El Taller
del Poeta-
Galicia- 2002); Poemas Quietos
(Antología. Editorial
Mizares- Barcelona- 2002); En e-book Todas
las voces una voz-Universidad
de Educación a Distancia, Madrid, 2002;
Bagdad y otros
poemas (El Taller del Poeta-
Galicia- 2003); Letrarios
de Utópolis (poesía, Linajes Editores-
México-
2004); Prensa callejera (poesía,
Editado por La Luna
Que, Buenos Aires, 2004). Participó en Antología
Canto
a un Prisionero (Edit. Poetas
Antiimperialistas, Canadá, 2005);
alala
(Taller del Poeta, España, 2005, también en
versión
italiana, Carte di Sardinia, Uni
Service.Trento- Italia. Poesía,
2006.); Racconti fantastici, d'amore e di
morte (cuentos- El Taller
del Poeta, Galicia, 2007, a cuatro manos con
su esposa Giovanna Mulas).
Participó en Antología El sol desmantelado
(W.H. Auden
revisitado- Albatro Press, Hidalgo, México,
2007); Antología
los treinta mil por los 30 mil (Madres
de Plaza de Mayo, 2007, Argentina);
1825
(colección de poesía en formato electrónico
editado
por Editorial Alebrijes, Argentina, 2008). Explicaciones
con mar, y
otros elementos (Poesía, bilingüe.
Uni-Service, Trento,
Italia- 2007); Otras Explicaciones
(0111 edizioni, Italia,
2008). Medanales, crónicas y desmemorias y
otros enigmas
(narrativa, Eco Ediciones, Buenos Aires, 2008
--en imprenta--). Ha sido
traducido al portugués, italiano, sardo,
francés, catalán,
gallego, inglés, rumano y búlgaro.
He nacido en un
enero que parece
la orilla
del mar bajo la tarde.
Rojo, rojo,
apasionadamente rojo
el poniente
levantaba su telón de amapolas
y detrás
cierto viento violeta
enredando
su añil entre los pájaros.
Se repite
mi nacimiento en cada enero,
cuando piso
la espuma derramada
o dejo con
sus redes abiertas los ojos
detrás
de las rompientes como un barco.
Un año
tras otro enero en el Atlántico,
en mi pueblo
de pinos y medanales,
renaciéndome
entre bienvenidas
de vino y
niños y guitarras.
Tal vez vaya
a morirme ahora que tan lejos
el mar es
un rumor que me llama en vano.
O resulte
que me ha tocado renacerme
en otro sitio,
en cierta melancolía
de espejos
flotando a la deriva.
Venga enero
nuevamente con la cuenta al día
a pedirme
tributo por los doce meses
o se lleve
un tramo de este hilo de vida
que ha tirado
del fondo del pozo.
Sea enero
finalmente el rayo partido
en la urgente
rueda de mis años,
una ayudamemoria
para la cita oceánica,
el fondo reseco
de mi corazón cansado. |